Título: Intercambios
Autor: David Lodge
Edición: Versal
Páginas: 261

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Tenía ganas hace tiempo de leer algo de David Lodge, más aún leyendo la reseña que Plumbio, mi compañero en el Escalpelo, había hecho sobre “La vida en sordina”. Su entusiasmo por este autor me contagió y en cuanto vi este libro en la biblioteca no puede resistirme.

He de decir que me alegro muchísimo de haber tomado contacto con dicho autor porque aparte de ser uno de esos autores ingleses ya consagrados he descubierto un libro lleno de estilos, juegos con el lector, casualidades de esas que hacen que el mundo parezca diminuto y sobre todo un humor cargado de ironía que me ha divertido mucho.

“Intercambios” pues así se llama el libro que quiero comentaros nos descubre dos lugares ficticios. Uno en USA, el estado de Euforia, pero que bien podría ser una ciudad californiana cualquiera y Rummidge que asemeja perfectamente cualquier ciudad industrializada de Inglaterra.

Existe un intercambio de profesores que ya es tradición entre las universidades de ambos lugares, pero mientras que cualquier profesor de Rummidge estaría encantado de ir a la universidad americana, dada la mejoría sobre todo en sueldo, es difícil que un profesor de la universidad del Estado de Euforia vea como una oportunidad el tener que ir a Rummidge.

Pero en esta ocasión se presenta como voluntario Morris Zapp un brillante profesor que con muchas publicaciones a sus espaldas sobre Jane Austen (el tema de las publicaciones y la especialización en Jane Austen es una constante broma durante el libro) que busca en ese momento poner un poco de tierra por medio para intentar evitar el inminente divorcio con el que amenaza su mujer actual.

Al otro lado del Atlántico tenemos a Philip Swallow, casado y con hijos que ve en su intercambio universitario una oportunidad para volver a Euforia, sitio en el que se sintió muy feliz cuando era joven e inconscientemente vivir una aventura.

Lo que no sabe el bueno de Philip es que se le envía allí a pesar de haber candidatos mejores para darle un aumento a otro profesor mientras el está fuera.

El libro está pasando constantemente de un lugar a otro. Algunas veces de forma clara y otras más mezcladas, como en el caso de las noticias.

Por que el libro en sí no tiene un estilo único, y esto me ha encantado. Según avanzas en el libro vas pasando de una narrativa a un estilo epistolar, a un resumen de noticias, hasta un puro guión cinematográfico.

El autor juega constantemente con el lenguaje y los estilos y no solo lo hace de forma maravillosa si no que logra que los que estamos leyendo el libro nos divirtamos enormemente.

Además adapta el estilo que está utilizando como elemento, con el desarrollo de la historia. Esto es especialmente notable en la parte epistolar y sobre todo en el final donde la historia se funde con el método utilizado para contarla, llegando por tanto a un final nada típico y para aquellos que gustan de tener libros con un final bien atado les causará una cierta desazón, aunque a mi personalmente me ha encantado ese final.

Como ejemplo de los juego de David Lodge me ha gustado especialmente este pasaje de la parte del libro que se desarrolla de forma epistolar (a través de cartas). En esta parte la mujer de Swallow le dice esto a su marido.

“¿Quieres todavía que te envíe “Escribamos una novela? ¡Qué librito tan divertido! Tiene un capítulo entero dedicado a explicar cómo se escribe una novela epistolar, pero seguramente nadie ha escrito una desde el siglo XVIII”

En cuanto a la historia no puedo decir que sea típicamente de enredos pero si es cierto que tiene ese toque de “el mundo es un pañuelo” que a mi me gusta bastante.

Como ejemplo tenemos las aventuras extramatrimoniales de Swallow, El acaba liándose, una vez, con una chica que vive en la parte de abajo de los apartamentos donde está instalado Swallow, casi al final nos enteramos de la relación que tiene esa chica con Zapp y que no mencionaré para no destripar nada, pero que se ve explicada en la parte del intercambio de cartas que mantienen los protagonistas con sus correspondientes esposas.

Acaba habiendo casi un intercambio de vidas que nos lleva a un final que nos parecerá clarísimo pero que no lo es tanto.

La verdad es que no es que me haya gustado el libro simplemente, es que me ha entusiasmado, me ha resultado terriblemente divertido, pero no al estilo de las lecturas de “entretenimiento” propiamente dicha, es un entretenimiento inteligente, es brillante en algunas partes y su juego constante, sus variaciones y su ironía es lo que hace del libro algo divertido.

Por supuesto que leeré más cosas del autor. Ya he visto que en la biblioteca tienen también “Buen trabajo” así que seguramente ese será el siguiente que lea.

Y ahora que recuerdo, tengo que mencionar que al principio me echó un poco para atrás la comparación que Plumbio hacia con Tom Sharpe que es un autor que no me gusta nada. Pero supongo que la comparación sería por el ambiente académico por el que se mueven ambos. De todas formas estoy replanteándome darle otra oportunidad a Sharp por que leí un libro suyo hace muchos años y quizás ahora lo aprecie más, pero aunque siguiera sin gustarme está claro que David Lodge sí me ha entusiasmado.

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3 comentarios

  1. Como me alegro compi!! Pues tu ya sabes mi pasión por este escritor. “Intercambios” me gustó mucho, junto a “El mundo es un pañuelo” (Que es la continuación de “Intercambios”), “Terapia” y “La vida en sordina” de mis favoritas. Sus libros academicos suelen tener una estructura similar pero ese humor inteligente me encanta. No es “Buen trabajo” de mis favoritas…Pues Tom Sharpe también escribe sobre medios academicos; aunque tengo pendiente “Wilt” hasta ahora mi única incursión con Sharpe fue “Becas flacas” y no lo pude acabar. Un saludo

  2. Escalpelo Literario

    No sabía que Intercambios tenía continuación pero el título le viene al pelo, eso es lo que he pensado mientras leía el libro, que el autor tenia muy presente eso de que el mundo es un pañuelo. Te haré caso y buscaré tanto la continución como los dos que me recomiendas Terapia y La vida en sordina (aunque este último como es muy nuevo lo mismo me cuesta encontrarlo en biblioteca).

    Hay que reconocer que aunque a veces tenemos nuestras desavenencias literarias hay casos como este en el que da a gusto hacerte caso.

    En cuanto a Sharpe te diré que fue precisamente Wilt el libro que yo leí hace años y a mi Wilt el personaje y el libro no me hicieron ni pizca de gracia, al menos así lo recuerdo. También me suena mucho Zafarrancho en Cambridge pero te juro que no soy capaz de recordar si lo he leido o no. Pero tendré que echarles otro vistazo, porque hace muuuuuuchos años y los gustos pueden cambiar. o no.

  3. ¿Tantas diferencias literarias tenemos? No tenía esa sensación…

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