Autor: Rafael Nebrera Ruiz
Título: Manual para el perfecto gaznápiro
Edición: Editorial Circulo Rojo
Páginas: 114

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Manual del perfecto gaznápiro es uno de esos libros cuya portada entra por los ojos. No se le puede negar originalidad, pero evidentemente el título no se queda atrás.

Cuando uno ve el libro piensa en una lectura para pasar un rato entretenido, echarse unas risas y en definitiva para no dormirse en medio de la lectura.

Y eso es lo que uno encuentra.

Manual del perfecto gaznápiro es un cúmulo de relatos con un nexo común, Manuel (Manu, Manolo) Contreras.

Comenzamos con la definición del término gaznápiro para aclarar bien de que estamos hablando y pasa luego a mostrarnos el gaznápirismo del protagonista en toda su extensión.

Ante esa primera visión del protagonista sobre los temas de estudios en los que se gastan el dinero algunas universidades solo puedes hacer dos cosas, reconocerte a ti mismo especulando sobre ellos lo cual hace que te descubras como un gaznápiro más, y en segundo lugar comienzas a disfrutar de la diversión que te garantiza el libro.

Lo mejor de todo es la gran variedad de formatos de estos relatos, pasamos de uno a otro sabiendo que en realidad forman parte de una historia y que de esa carta que ahora leemos, aparecerá mencionada en otra de las historias y que al fin el personaje no hace más que mostrar lo cotidiano con ese prisma especial e hilarante del gaznápiro medio. Pero también queda un poso de toma de conciencia, una pizquita de crítica y un abrir los ojos ante tanta complicación absurda en el día a día.

Me ha encantado como va conectando unas cosas con otras pero he de reconocer que me he reído con la conversación de la red social (cara libro, la llama el autor) por lo de reflejo de realidad que tiene. Quien no sea capaz de reconocer ese tipo de conversaciones absurdas que se suelen dar en las redes sociales, es que nunca perteneció a una.

El relato de la conquista en el bar al más puro estilo castizo no tiene desperdicio, aparte de poner en evidencia una máxima que muchos olvidamos y es que las diferencias lejos de alejarnos deberían enriquecernos, también nos divierte con el absurdo de la falta de lógica de las relaciones personales.

Otra parte del libro que no tiene desperdicio es la carta que el protagonista le envía a su superior. Y es que dice aquello que muchos otros querrían decir pero no se atreven y lo dice reconociendo que el pago por su acto será el despido, pero a veces uno se queda la mar de a gusto después de decir tal puñado de verdades.

Y siguiendo con las cartas, tampoco es desdeñable la que le escribe a ese vecino cotilla y poco amigable del que todos tenemos seguramente un ejemplo propio.

También el relato sobre la anécdota de los niños peleados y la consecución de las charlas maternas en cuanto al desenlace en el parvulario es genial. Primero porque podríamos perfectamente extrapolar los niños del parvulario a los diputados en el parlamento y la cosa seguiría teniendo su gracia, pero además porque el autor tiene muy buen concepto de las madres, todas compresivas y conciliadoras, que no digo yo que no, pero vamos que también es cierto que si la conciliación no sirve las madres pueden ser más guerreras y peor intencionadas que los propios niños los cuales, si sus madres no intervienen demasiado, suelen solucionar sus diferencias bastante bien. Pero esto es una apreciación personal basada en la experiencia maternal.

Desde luego lo que no le podemos negar a Rafael Nebrera es que tiene la capacidad de coger las situaciones cotidianas y convertirlas en algo divertido, algo que nos hace reír y quitarles un poco de hierro y por tanto con su libro nos hace pasar un rato entretenido e incluso nos muestra cosas en las que pensar un poquito, pero si algo resulta llamativo en este autor en que ha sabido perseguir su sueño y eso le honra.

Rafael Nebrera decidió auto publicar su libro y pensando en aquello de que lo que hace grande a un autor es ser leído no se lo pensó dos veces y se puso a repartir sus libros gratuitamente en plena Puerta del Sol. Esto es algo que yo admiro mucho, porque conseguir que se hable de tu libro por el boca a boca, es algo muy importante y hay muchos autores que gracias a la distribución de su obra por internet, o como Rafael, por su empeño en ser leído distribuyendo el mismo su obra, consiguen hacerse un hueco por méritos propios y eso es además un aval de que esos libros merecen la pena. Aquí ya no es solo pura cuestión de marketing si no boca a boca de los lectores satisfechos.

La edición de la Editorial Círculo Rojo, me ha gustado. La cubierta del libro es de tapa blanda y tiene solapas, que a mi me encanta porque sirve para dos cosas, primero para usarlas de marcadores y segundo porque suele tener escrita en la parte interna información sobre el autor en cuestión.
El papel es grueso y la impresión es buena así que no te plantea muchos problemas de lectura. Pero lo que me ha encantado es la portada. Le da un toque divertido y creo que identifica muy bien el contenido del libro. Ya sé que a veces soy un poco superficial por dejarme llevar por una portada o un título, pero es que realmente cuando no conoces más de la obra o el autor, una portada y un título es la primera toma de contacto y por tanto algo muy importante.

Si tenéis la oportunidad de leer el libro no os lo penséis dos veces, porque pasaréis un rato muy divertido, que con los tiempos que corren ya es mucho, y descubriréis como a través de la risa también se puede hacer un poco de crítica.

Si queréis podéis también visitar la web del autor, Rafael Nebrera Ruiz

Autor: Frédéric Lenormand
Título: El castillo del lago Zhou-an
Edición: Alea
Páginas: 185

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Si cogemos un relato detectivesco, fresco y sumamente entretenido, con un detective peculiar, que va intentando desentrañar el misterio hasta dar con la clave y lo ponemos en un contexto histórico alejado de lo que podemos encontrar habitualmente seguramente obtendríamos un relato como el que ha escrito Frédéric Lenormand.

La época en la que transcurre la historia es año 668 cuando el honorable Juez Di emprende un trayecto rumbo a su nuevo destino oficial, que le conducirá a un interesante misterio.

El juez Di, ve interrumpido su viaje por unas inundaciones y acaba teniendo que pasar la noche en un posada que no está acorde con las comodidades a las que suele estar acostumbrado.

Por ello, al enterarse de que en ese lugar hay un castillo que está completamente protegido tanto de las inundaciones como de la peste que está asolando el lugar, decide mandar comunicado para hospedarse allí.

Pero antes aparecerá el cadaver de un supuesto ahogado a la puerta de la posada, que el juez Di piensa que ha sido asesinado.

El recibimiento que se le dispensa al juez Di y su criado, el sargento Hong, no es ni de lejos lo que él hubiera esperado y se da cuenta de las ganas que tienen todos de quitárselo de encima.

Pero aparecen más muertos, el juez Di, comienza a investigar, más impelido por acercarse a la posada para poder comer algo y superar la exigua dieta a la que le tienen sometido en el castillo que por su ejercicio del deber.

En primer lugar, me ha encantado el juez Di, lleno de debilidades. Se queja de todo, se acobarda ante la inundación, luego se compadece de lo injusto de tener que alojarse en la posada para más tarde, en el castillo, quejarse constantemente de la horrible y escasa comida que se le ofrece.

Pero a pesar de todas estas “virtudes” el juez nos acaba cayendo bien, y el pobre sargento Hong también.

Pero sobre todo este es un relato en el que los personajes acaban no siendo lo que parecen así la familia del castillo va cambiando poco a poco tanto su forma de actuar como la simpatía que despiertan en nosotros.

La trama está muy bien llevada, y el libro se hace terriblemente entretenido, es de esos que puedes leer de un tirón.

Aunque el momento histórico en el que se desarrolla pudiera en principio hacer que el relato nos pareciera lejano, lo cierto es que el escritor sabe muy bien ir introduciendo los diferentes elementos hasta el punto de podernos meter perfectamente en la historia.

Queda bien reflejada y es parte de la trama esa diferencia de clases de la china feudal y la forma en la que no todos aceptan de buena gana el papel que les ha tocado.

Se marca esa diferencia social por ejemplo entre el juez Di y el sargento Hong, que es básicamente su criado. O entre los señores de la casa y los criados O entre los habitantes del castillo y el resto del pueblo.

Juega también con los elementos sobrenaturales, porque envuelve creencias con festividades, o bendiciones, como parte del misterio que envuelve a la familia del castillo. Lo cual está muy bien resuelto por parte de algunos personajes del libro y enriquece la lectura dándonos pinceladas de esa parte histórica.

Realmente el libro ha sido una grata sorpresa, pues encontré el libro en una de esas mesas de libros a 5 euros que suelen poner en el Corte Inglés y que tan grandes satisfacciones me ha dado.

Así que si encontráis el libro por un precio razonable os recomiendo cogerlo, porque está bien escrito es interesante y entretenido. ¿Que más se puede pedir?